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viernes, 23 de septiembre de 2011

NOSOTROS QUE NOS QUEREMOS TANTO.

La música es la vida, es un torrente que inunda los sentidos, una forma de sentir y vivir.

El hogar es el descanso este guerrero, mi remanso de paz. Hoy llegue y lo primero que hice fue pasar mis dedos por cada uno de los discos que adornan los estantes de mi comedor, uno tras otro leyendo el autor y que estaría este dispuesto a regalarme para sosegar mi corazón, esta alma inquieta y cansada...¡¡¡ Ravel !!!  Maurice para los amigos, siempre me motivo su bolero, quizás su obra mas popular, un ondulante tema morisco que va creando inexorablemante un climax irresistible... me encanta.

La música suena.. cada vez mas intensa, envolviendo mi piel con sus notas y dejando volar mi imaginacion...

"...Aquella mañana de invierno de 1982, una carta sellada en Jerusalén llamo mi atención.  Por su nula capacidad de escribir, el hermano Philippe se la había dictado a uno de sus amigos.

Querido, hermano mio:

-Dicen que para que una rosa sea bella hay que sacrificar a veces algunas ramas del rosal - comenzaba la misiva desde la abadía de los Siete Dolores- después del accidente que me privo de mis miembros, no he sentido brotar en mi la savia de esa rosa. Al contrario; me he visto arrastrada por los gritos de la cólera, por los sollozos de la reveldia. Ni siquiera con el afecto de todos los que me rodean he conseguido superar mi desventura, encontrar en Dios las fuerzas para aceptar lo que humanamente he perdido.

Si embargo, después de la visita a mi habitación del hospital de una joven israelí, también paralitica en su silla de ruedas, me he sumergido en la esperanza. Esa muchacha me invito a brindar <<por la vida>>. Alejo mi amargura, barrio mi rabia. Sentí que debía dejar de padecer, asumir al fin mi desgracia, realizarme en otro camino. Pero cuando regrese al monasterio, el mundo basculo de nuevo, los demonios de la rebeldía me volvieron a atormentar. Rebeldía contra Dios creador de vida, rebeldía contra los sanos que me rodean. Mi invalidez me apartaba de todo lo que estuviera vivo. Me volvía egoísta, me centraba en mi misma, abolía todo lo demás. Sin embargo, yo quería luchar contra aquel decaimiento.

¿Cuantas veces habré intentado hacer acopio de mi fe para pensar en Cristo crucificado? Entonces, una voz me decía: << No desprecies tu sufrimiento. Ya no puedes moverte, ya no puedes participar en el trabajo de los demás, pero tienes a Dios y, con El, puedes salvar al mundo...>>"

Y la música sigue sonando... Realmente muchas veces nos sentimos inválidos y perdidos, avandonados entre tanta gente. No entendemos la razón del sufrimiento, pero yo se, lo se... que solo es una etapa que nos muestra otra oportunidad de cambiar todo, de caminar hacia delante...

Pero que bonito suena el Bolero de Ravel y como extrañe el olor a canela de mi casa, una fragancia que enjuga mi alma y me da fuerzas, ganas de amar.

Si perdiste un poquito de tu tiempo y llegaste a leerme hasta aquí te diré algo... ¡¡¡Somos afortunados!!! unos mimados y consentidos.

Buen fin de semana

Ángel.


2 comentarios:

  1. no es perder el tiempo leyendote, es un afortunado momento donde de algun modo nos sentimos identificados en mayor o menor medida, al menos yo si me identifico y es un deleite leerte siempre, disfruto tus letras, mil gracias por compartirlas y dejarnos algo de ti y dejar algo de todos, en un pequeño espacio tan unico y tan especial y sensible, feliz fin de semana, besos...

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  2. Hola anónimo Veneciano!! Muchisimas gracias por tu comentario y compartir tu pensamiento. Muchisimas veces nos vemos atrapados por el desanimo y entonces miramos al cielo y decimos ¿por qué yo Señor? es sencillo, porque te ama.
    besos

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