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domingo, 23 de octubre de 2011

NO SIEMPRE LOS VALIENTES VISTEN DE NEGRO...

Como estamos tan cerquita del día de todos los santos, os contare una historia de mi cosecha particular, pues... no solo los valientes visten de negro... Empecemos:

...¡¡¡por el amor de Dios!!!, que no recuerdo haber tenido que cumplir en mi vida una jornada como esta, aún evoco ese 31 de octubre, intenso en horas y desgracias, que araño hasta bien entrada la madrugada... Pilas de leña, ascuas encendidas y el desfilar de los pobres diablos, tapizados de deshonra y miseria... Todo empezó una noche, con el replicar de los tambores y el señalar de un dedo, fijando el destino de quien tenía que ser quemado... En la hoguera...

¡¡¡LA NOCHE DE BRUJAS!!!

Pero la historia no es así, no comenzó así, si bien… el desarrollo fue bien distinto...
El se arrodillo implorando que la anciana satisficiera su promesa. La bruja lo miro picadamente y le apunto con su torcido dedo. El asustado dio un paso atrás... La risa de la bruja fue tan afilada que el muchacho se escondió en un rincón y presiono sus tímpanos con firmeza… La bruja reía y reía, el sollozaba y lloraba.

¿Como es posible que se cambiaran así los papeles? en solo unas horas la pasión, el amor y ahora... solo había misterio...

La miro fijamente y recordó el martes, cuando una moribunda y decrépita anciana le pedía un pitanza que llevarse a la boca, y el, propinándole una patada la lanzo a un lado de la plaza, ella se alejo con muestras de dolor y el, mofándose... reía. Un día mas tarde una linda muchacha, preciosa como pocas, de ojos como luceros y de labios de seda le pidió posada para una noche.....
 
Él aceptó encantado, dando gracias a su buena suerte, sin saber lo mal que lo pasaría a causa de la bonita muchacha. Esa noche se consumó su amor y con la lujuria, nació el misterio... Mientras hacían el amor, ella le prometió su amor eterno, su cuerpo y su belleza, él lo aceptó encantado y juró desearla siempre. A la mañana siguiente, con el primer canto del gallo, el joven noble se despertó feliz, pero tal fue su sorpresa al descubrir a una vieja tendida en su cama, que arrojó a patadas de su mansión preguntando qué había sucedido con esa bella muchacha. La vieja lo miro y le dijo…
- Esta es la segunda vez que me encuentras en tu camino, así como la segunda patada que me das para que no te lo obstruya. Hemos hecho una promesa: desearás mi cuerpo para siempre, y sólo la muerte te salvará de esta promesa, pues ha sido sellada con la unión de nuestros cuerpos. Hay lazos que jamás pueden romperse, a no ser que la muerte lo desee…

El joven noble abrió los ojos y se lanzó a los pies de la bruja:
- Si esto es brujería o amor, lo desconozco. Mátame si eso me elude de mi promesa, o en caso de amar tanto, que ni la muerte me pueda llevar, transforma tu rostro una vez más en el de mi doncella para poderlo besar.

- Tan sólo la magia te une a mi, y una promesa mágica no se puede romper, muchacho.- La vieja sonrió una vez más y le miró fijamente a los ojos.- Recuerda bien mi rostro y mi figura, pues serán tu objeto de deseo hasta que la muerte te lleve o hasta que te entregues a ella.- Con un simple chasquido de dedos la bruja se esfumó envuelta en una nube blanca, pero una carcajada oscura se quedó impregnando el aire por un rato.

Unas horas más tarde llamaron a la puerta del joven muchacho. Al ver que no respondía, derribaron los goznes y el estruendo levantó el polvo en la casa del noble. Cuando la confusión se había marchado, apareció un cuerpo colgado del techo y a sus pies una nota escrita con lágrimas. Decía así:

Me entrego a la muerte,
pues el amor que anhelo es fruto de un sueño.
Una promesa mágica
y a la unión de nuestros cuerpos...
¿Cómo quebrantaría yo eso?
Mi amor se hundió en la lujuria y nació el misterio de mi deseo...

ANGEL

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