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miércoles, 12 de octubre de 2011

BALADA DE OTOÑO


Se que estoy perdido de mesenguer, de facebook, incluso me pierdo en mi cocina mientras busco que comer, cenar o hacer. Ultimamente mi trabajo me tiene arrestado y mi tiempo es tan sagrado que cuando tengo un respiro el sofá alivia, entre sus cojines, mi cansancio.
Hoy os dejo un escrito del año 2008 que publique en su día en amigos.com y, como estamos terminando el estío que mas apropiado que esta balada de otoño.
Y la historia comenzo así...


“Llueve... detrás de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados... sobre los pardos tejados, sobre los campos llueve...”

Esta “balada de otoño”, me empapo por completo y ahora el frío invierno no pretende ser menos. El día esta plomizo. Entre salto y charco, un paraguas y el salpicar de los coches, logro por fin llegar al viejo portal donde aún cuelga el oxidado llamador de mano. Los peldaños de roble chirriaron, marcando cada una de mis pisadas señalando tú puerta, con gotas de lluvia.

Tiempo atrás... traspasaba tú puerta con la misma frecuencia que tú corazón... bueno.. las veces que tú me dejabas entrar en el. Aún tengo presentes tus normas... “nunca permitir  pasar dos noches ”; según tú... los hombres, al segundo día, pretenden colocar sus cosas de aseo en el baño. Yo, con una primera noche, hubiera tenido suficiente...

La puerta se abrió y como siempre me cobijaste, mojado, calado... El primer mimo lo sentí maternal... peinaste mi pelo y besaste mi risa...

- No cambiaras nunca, ¿cómo apareces así, con este tiempo? Ven...

Comencé a desvestirme mirando tú habitación... La misma que muchas de veces recorrí tras tus pasos, acariciando cada rincón de tu interminable piel...

- Vamos, métete en la ducha, mientras preparo tu ropa y tomas un rico te....

Toda la casa guardaba los momentos de mi desnudez, y aun así...hoy... la vergüenza salpicaba mis pómulos. Acabe de desprenderme de todo escondido tras la puerta de aseo, asfixiado por un vapor espeso, producido por el golpear de agua sobre el suelo de la ducha...

Llueve...

Llueve contra el cristal de tu casa, en tu cuarto, en el baño... Llueve por las aceras, y yo... me empapaba hasta el tuétano del perfume de tus prendas en la cesta de la ropa, junto al lavabo... y del olor a ti, en el albornoz...

Y bajo la ducha... continuaba la lluvia hasta que tus dedos en mi dorso paro el tiempo, el universo... la lluvia. Empezaste a pasar tus labios por mi espalda... sentí tú aliento alterado... y tus brazos, enredándose en los míos... pusiste tus manos en mi pecho... rozando mis pezones.
Intente volverme, pero me lo impedías...

El vapor se hacia irrespirable... tus dedos exploraban cada trozo de mi piel, mientras tus dientes arañaban mi espalda, marcándome, mordiéndome paso a paso...

Te arrodillaste. Tu boca se mostró generosa con mis nalgas al mismo tiempo que tus manos, recorrían ansiosas cada vena y forma de mi agitada masculinidad. Los besos relevaron a tus dientes... y atrapaste mi miembro.. que queriendo huir de cada goloso beso y mordisco, bailaba entre tus dedos...

La lluvia incesante golpeaba en los cristales cuando me diste la vuelta... Y seguro que las nubes seguían llorando cuando sentí mi glande perderse en tu boca... lluvia... y llovía, cuando todo mi cuerpo se estremeció... y fue lluvia la que recorrió como un torrente tu boca, dejándote toda la esencia de mi ser...
Me mordiste los labios perfumada de mi... y te bese otra vez, mojados, los dos... regamos de lluvia nuestra vieja cama.

ANGEL 

1 comentario:

  1. hermoso, transparente, como para cerrar los ojos e imaginar

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