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jueves, 27 de enero de 2011

No te creas todo lo que veas…

Hoy tenemos clase de percepción y de reflexión, intentare explicar unas cositas que más de una vez nos rondan por la cabeza. Empezaremos simulando un viaje en tren, un pasajero y yo, que entre horas y horas, dimes, diretes y conversaciones absurdas (que siempre las hay) solemos filosofar, o bien para hacernos notar o por aburrimiento, ahí va la historia…

-“No te dejes matar por lo que dice tu cerebro”, le dije.

-“Si no defendiera mis convicciones, sería un cobarde”, me replicó con rostro sombrío.

Lo que te estoy sugiriendo, - continúe, es que la percepción de cobarde puede no coincidir con la realidad, de la misma manera que la palabra gato no tiene, necesariamente, ni el color ni la forma del animal que representa”, añadí.

Un vecino de asiento en el tren, en el trayecto Madrid-Barcelona estaba intentando convencerme de que iba a enfrentarse con quien hiciera falta para defender sus convicciones por alguien ultrajadas y sostenía que estaba dispuesto a todo. Yo intentaba transmitirle, sin éxito, algo que aprendí hace ya algunos años en una clase de psicología, donde se trataba a uno de los mejores neuropsicólogos del mundo RICHAR GREGORY

Estamos convencidos de que la percepción que tenemos del mundo exterior es la correcta. Creemos a pies juntillas lo que estamos viendo. La verdad es que no hay nada más incierto. (Ahí al final del escrito,os dejo una ilusión óptica sacada de una página Web)


Para representar la realidad, nos servimos de palabras o de sensaciones. Es indudable que las palabras, como sugería antes, no tienen ni la forma ni el color de lo que representan: cuando decimos zapato, gato o tenedor, estamos recurriendo a un vocablo que no se parece en nada al objeto que representa. La palabra en cuestión no tiene ni la forma ni el color de un zapato, un gato o un tenedor y, sin embargo, representa esos objetos.
Igual ocurre, o puede ocurrir, con las sensaciones. Puedo sentir la ansiedad provocada por un estímulo exterior o dejarme embriagar por la belleza rojiza de una puesta de Sol. Ahora bien, ¿quién sabe si la realidad de la belleza o la ansiedad representada por la sensación en cuestión es como la mente nos sugiere que es? Sería muy raro y extraordinario que fuera así.
Es posible –estoy dispuesto a aceptarlo– que la percepción que tenemos del universo no sea una ilusión, pero lo que estamos sugiriendo es que la ciencia no es tan objetiva como parece y como a veces se le atribuye. Partimos de algo incierto: una percepción que tiene un soporte material –como unas ondas magnéticas que transmiten un sonido si se trata de un alarido–. Pero dicho soporte material está muy alejado de la palabra o sensación fabulada por nuestro cerebro. Los objetos representados por nuestras palabras o sensaciones son muy distintos del soporte material que los sustenta: fuerzas electromagnéticas u ondas vibratorias.
Partimos de algo incierto y, sobre ese imponderable, la mente lanza una hipótesis que puede o no puede coincidir con la realidad. Lo sabremos recurriendo –para completar este conocimiento– a los datos almacenados en la memoria y a nuestra capacidad para aprender en el futuro. Con estas dos claves urdiremos nuestra visión de la realidad.
Estamos ya en disposición de anticipar dos rasgos que definen la memoria: por un lado, sirve para interpretar una impresión de orden general, pero es, al mismo tiempo, muy imprecisa en el detalle. En otras palabras, no recordamos muy bien los pormenores de un asunto ocurrido en el pasado y, lo que es peor, confundimos la fuente. ¿Quién nos dijo tal cosa o dónde la vimos? Pero, lo que es más grave, está comprobado que el contenido de la memoria está influenciado por nuestras convicciones actuales sobre lo que haya podido ocurrir.
En cuanto a la segunda clave a la que recurrimos para disponer de una representación correcta de la realidad, nuestra capacidad de aprendizaje, resulta que el sistema de enseñanza habría que cambiarlo de arriba abajo, según dicen los especialistas. ¿Alguien sigue pensando –además de mi vecino del tren– que vale la pena dejarse matar por lo que nos dice el cerebro?

lunes, 24 de enero de 2011

¿QUE ES LA FELICIDAD?

¡Esa es la pregunta! Creo que todos nos la planteamos alguna vez, y a ratos lo tenemos claro, otras veces la desterramos de nuestra cabeza, justamente, porque no sabemos responderla…

Y no soy el único. En el pasar de los años convivimos con todo tipo de gentes, acomodadas, exitosas, ricos, pobres… y en la mirada de cada uno de ellos notas que les falta algo, incluso a los mas emprendedores y eruditos, personas que supuestamente, no tendrían  quejarse.
Algunos que parecen felices simplemente no se plantean la pregunta. Otros preparan sus objetivos en la vida, una esposa/o, un hogar, los hijos, la casita en la montaña… Y mientras ocupan su tiempo organizando este cometido, son como feroces tiburones, solo piensan en mas y mas. Logran su vehiculo, algunos incluso el deportivo soñado y… eso les da sentido a sus vidas, no preguntándose que es la felicidad y si lo son realmente. Pero, a pesar de todo, su mirada se ve empañada por la tristeza y ni siquiera son conscientes de ello.


Yo no puedo decir que el mundo es infeliz ¡¡¡ jamás!!! Lo que si puedo decir es que esas personas están muy ocupadas: Trabajan como jabatos mas horas de las que les corresponde, se ocupan de sus hijos, de sus esposas/os, de sus estudios, de sus reconocimientos, de que harán mañana, de que cosa comprar nueva, de que hay que hacer para no sentirse inferior a los demás…
 
Muy poquitas personas a las que pregunto me dicen “soy infeliz”. Casi todos te responden: “estoy de maravilla, logre todo lo que me propuse”
Y digo yo… ¿Qué es lo que verdaderamente te hace feliz?, por respuesta, casi siempre es lo mismo: “logre todo aquello que desee, una familia, una bonita casa, un empleo fabuloso, salud, bienestar…”
Y como soy tan pregunto, pues me repito… Y ¿alguna vez te planteaste, si el tener esas cosas, es todo en la vida? Y por respuesta, se reiteran… “Si, eso es todo”
Yo, muy insistente e incomodando, les comento… “en tal caso, para ti el sentido de la vida es tu trabajo, tu esposa u esposo, tus hijos que con el tiempo se marcharan, como es lógico y el amor de tu pareja, que con el paso del tiempo, seréis amigos y compañeros de años. Me pregunto…  Si el trabajo se terminara algún día,  ¿qué piensas hacer cuando llegue ese momento?

Llegado a ese momento, a la mayoría no les interesa responder. Se cambia de tema, buscan pretextos o divagaciones para desviar la conversación. Siempre queda algo pendiente: no haber realizado ese negocio soñado, la esposa tener mas independencia y mas dinero, el que estudio se plantea si la carrera fue cosa suya o se la escogieron, al abogado le gustaría haber sido electricista, el electricista hubiera querido ser banquero, el banquero soñó un día ser escritor y el escritor suspiraba por haber sido campesino y ver como la tierra da su fruto.

Ahora mismo estoy mirando desde la ventana de mi trabajo y puedo ver la gente por la calle, apostaría que el mundo esta sintiendo lo mismo que yo. Esa señora tan elegante que veo pasar y que dedica parte de su tiempo a controlar la bascula, porque piensa que el amor, depende de ello. Justo detrás una pareja pasea a sus niños, viven un momento precioso de inmenso amor, pero de seguro  subconscientemente se esta preocupando del  día que le faltase el trabajo, de malos tiempos que puedan llegar y como hacer para librarse de todo aquello.

Ya termino!! No martirizo más con el posts, solo una curiosidad. Todos hojeamos de vez en cuando una revista, donde actores y famosos aparecen, ¿si? ¿Os dais cuenta que todos aparecen riéndose? Todos súper felices. Pero la realidad es otra, al llegar la noche para estas gentes de la farándula, tienen una historia bien diferente y lógicamente se plantearan ¿Cómo lograre  seguir en portadas? ¿Cómo puedo hacer para que no se den cuenta, de no tengo dinero?¿estaré mas elegante que el, que ella? Y digo yo.. ¿Por qué se sonríen si se detestan?

Punto y final, decía Borges en unos versos…
“ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas cosas en el mundo”
 
¡¡¡FELIZ SEMANA!!!

ANGEL.

jueves, 20 de enero de 2011

LA IMPORTANCIA DE DECIR "NO"


Hitler pudo perder la guerra en el campo de batalla, pero terminó ganando algo –dice M. Halter–. Porque el hombre del siglo XX creó el campo de concentración y resucitó la tortura, mostrando a sus semejantes que es posible cerrar los ojos a las desgracias de los demás hombres.»

Tal vez tenga razón: hay niños abandonados, civiles masacrados, inocentes en las cárceles, ancianos solitarios, alcohólicos en el fango, locos en el poder.

Pero tal vez no tenga tanta razón: existen los angeles de la luz, nunca toleran lo inaceptable. Las palabras más importantes en todas las lenguas son palabras pequeñas: ‘sí’, por ejemplo, ‘amor’, ‘Dios’. Son palabras que salen con facilidad y que llenan espacios vacíos de nuestro mundo.

No obstante, hay una palabra, también pequeña, que nos cuesta decir: ‘no’. Y nos sentimos generosos, comprensivos, educados. Porque el ‘no’ tiene fama de maldito, de egoísta, de poco espiritual.

Cuidado con esto. Hay momentos en los que, al decir ‘sí’ a los otros, uno se está diciendo ‘no’ a sí mismo.

Todos los grandes hombres y mujeres del mundo fueron personas que, en lugar de decir ‘sí’, dijeron un ‘NO’ rotundo a todo lo que no era acorde con un determinado ideal de bondad y crecimiento. Los angeles de la luz se reconocen por la mirada. Están en el mundo, forman parte del mundo, y al mundo fueron enviados sin alforja y sin sandalias. Muchas veces son cobardes. No siempre actúan correctamente.

 



Los angeles de la luz sufren por tonterías, se preocupan por cuestiones mezquinas, se consideran incapaces de crecer. Los angeles de la luz, de vez en cuando, se creen indignos de cualquier bendición o milagro.

Los angeles de la luz se preguntan con frecuencia qué están haciendo aquí. Muchas veces encuentran que su vida no tiene ningún sentido.

Por eso son angeles de la luz. Porque se equivocan. Porque preguntan. Porque continúan buscando un sentido. Pero, sobre todo, porque son capaces de decir que no frente a lo que resulta inaceptable.

A menudo nos pueden tildar de intolerantes, pero es importante abrirse y luchar contra todo y contra todas las circunstancias si estamos frente a una injusticia o una crueldad. Nadie puede permitir que, a fin de cuentas, Hitler haya establecido un modelo que pueda reproducirse porque la gente sea incapaz de protestar. Y para reforzar esta lucha, es bueno no olvidar las palabras de John Bunyan, autor del clásico Pilgrim´s

Progress: «Aunque haya pasado por todo lo que he pasado, no me arrepiento de los problemas en los que me metí, porque fueron éstos justamente los que me trajeron adonde quería llegar. Ahora, ya cerca de la muerte, todo lo que tengo es esta espada, y se la cedo a todo aquel que quiera proseguir su peregrinaje».

«Llevo conmigo –prosigue– las marcas y cicatrices de los combates, que son testigos de lo que viví, y recompensas de lo que conquisté. Son estas queridas marcas y cicatrices las que van a abrirme las puertas del Paraíso.»

«Hubo una época en la que viví escuchando historias de bravura. Hubo una época –concluye– en la que viví apenas porque tenía que vivir. Pero ahora vivo porque soy un guerrero y porque quiero estar un día en la compañía de Aquel por quien tanto luché.»

En definitiva, las cicatrices son necesarias cuando luchamos contra el Mal Absoluto o cuando debemos decir que no a todos aquellos que, a veces con la mejor de las intenciones, intentan estorbar el camino que conduce a nuestros sueños.

Se un angel de la luz, no es tan dificil decir ... "NO"


lunes, 17 de enero de 2011

¡¡Que llegan los marcianos!!



En referencia a mi paisano Arturo Pérez-Reverte, (el cual fue cliente mío y se perfectamente, que tres corbatas le vendí) creo también, que a Stephen Hawking se le fue la cabeza o se dio porrazo, o quizás no, pero disfrute y goce leyendo lo ultimo suyo “los marcianos”. Tanto disfrute que me sentí un político Venezolano con una tarjeta Visa Platino. Comenta don Hawking, que no es un mindungui o un desarmado, que los alienígenas pueden aparecer a la vuelta de la esquina en cualquier momento, lanzando babas efervescentes y que es mejor poner tierra de por medio, no sea que nos quieran hacer un tacto anal y terminemos con voz de cabaretera, aflautada y rimel en las pestañas. Que igual estamos haciendo el montuno (así diría mi Karen) o el tonto, con tanto mensaje de buena fe y voluntad que enviamos al espacio… “holaaa.. holaaaa aquí hay vida, alooo,. Alooo, se me escucha, se me oye, aquí llamando la tierraaa… “ y sin parar de mandar fotos de nuestros tíos, de los sobrinos, la película de la cenicienta y la canción de Michael Jackson  The World. Igual toda esa información llega a un destino sideral y se animan a dar una vuelta y echarnos una ojeada, más o menos como Hernán Cortes, Pizarro y otros cirujanos de extintas civilizaciones, como aztecas, mayas y otras que como murcianico, traban mi lengua al pronunciar. Seguro que la cagamos.
Bueno.. Que tengamos una bonita semana y si tienen que invadirnos, ya les prepararemos paellas y otros manjares, que sin ser siderales, nos llevan a la misma luna.
Angel

domingo, 16 de enero de 2011

Yo sigo aquí....

Te pienso cuando las luces se agotan y la oscuridad me invade,
cuando el silencio me rodea y los sueños me atrapan,
es cuando vienes a mi mente,
cuando intento hacer realidad el deseo de tenerte.

Te pienso en los sueños de felicidad, de nostalgia
sueños de emociones y sentimientos,
sueños que me invaden y que florecen
aunque se que llegarán a ser verdaderos.

Es mejor cuando mis párpados se cierran
mi corazón galopa al viento,
sintiendo cada caricia, cada beso
cada uno de tus te quieros
suavemente susurrados en mi oído.
Siento tu aroma, tus manos,
tu mirada intensa y enamorada,
siento el latir de tu corazón
muy pegado a mis entrañas..


Te pienso cada vez que el día se acaba y la noche se avecina
 una sonrisa en mi mejilla asoma,
y sé, que de nuevo voy a soñar contigo
con todo ese amor que deseo
y con todas esas caricias que anhelo..

Y me siento feliz al dormirme
y me siento solo y triste al despertar al alba,
viendo que sólo es un sueño
y que duro es volver a la realidad
  amándote como yo, con toda mi alma

ANGEL