Vistas de página en total

domingo, 1 de abril de 2012

La Real, Ilustre y Muy Noble Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón

 La Real, Ilustre y Muy Noble Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón es una cofradía de culto católico de la Semana Santa de Murcia (Región de Murcia, España) que desfila cada Lunes Santo desde el castizo barrio de San Antolín, siendo una de las cofradías más antiguas de la ciudad ya que sus orígenes se remontan a la Hermandad del Prendimiento fundada en 1600, aunque la institución actual data de 1896. Es una de las procesiones más populares de Mucia y su titular (el Cristo del Perdón) uno de los más venerados.

Cofradía que tiene sus orígenes en la Hermandad del Prendimiento que desde el 1600 organizó el gremio de torcedores y tejedores de la seda de Murcia desde la iglesia de San Antolín; desaparecida en 1812 con la abolición de los gremios.
En 1896, la recién creada Cofradía del Perdón buscó sus antecedentes en la antigua hermandad sedera, saliendo de la misma iglesia y procesionando el mismo Prendimiento que tallara Nicolás de Bussy para la anterior institución. De hecho a día de hoy, el paso del Prendimiento (reconstruido por José Sánchez Lozano tras la Guerra Civil), sigue llevando en su frontal un manojo de capullos de seda en recuerdo de esa vieja vinculación gremial.
Tras la Guerra Civil, la destrucción de la Iglesia de San Antolín motivó el traslado de la Cofradía a la cercana Iglesia de San Andrés, desde donde salió la procesión hasta la finalización de las obras en San Antolín en los años 60.
Estamos ante la cofradía murciana más vinculada a su barrio de todas. Para el barrio de San Antolín, el Lunes Santo es su día grande y los vecinos se vuelcan desde primeras horas con el Santísimo Cristo del Perdón. La Cofradía del Perdón es una de las consideradas "procesiones grandes" de Murcia, no sólo por su gran número de pasos, hermandades y nazarenos, sino por su honda tradición. De hecho sigue todos los parámetros del estilo tradicional a excepción de la vestimenta de sus mayordomos; que desde los años 60 van con la cara tapada, y de cuatro tronos que llevan 3 estantes por vara y no 2.

VESTIMENTA
  
Túnica de terciopelo magenta, con capuz de raso del mismo color. La Hermandad de Promesas-Getsemani lleva tunica de tergal del mismo color y la Hermandad de la Soledad túnica y capuz de raso negro. El escudo de la cofradía va en el antifaz.
Antiguamente la túnica de la Cofradía del Perdón contaba con una larga cola que llegaba hasta el suelo, siendo por ello conocida desde antiguo como la procesión de las colas.






EL CARAMELO


Es mi deseo hablar de algo consustancial a la procesión tradicional murciana, los caramelos, que en los últimos años tanto dieron que hablar. Me gustaría mucho que, desde los órganos de gobierno de las Cofradías que entregamos caramelos, a las personas que salen a nuestro encuentro, intentáramos transmitirles la importancia de una tradición generosa, bonita y entrañable, pues los murcianos somos como nuestros caramelos. Sería conveniente imbuir a nuestros Cofrades en la necesidad no solo de cómo se entregan, por supuesto, con el decoro y respeto debido, sino también cómo se recogen esos caramelos, cómo las personas que nos contemplan reciben ese pequeño detalle, y es función de los nazarenos lograr esta meta.

La tradición de los caramelos, es en Murcia, muy antigua, al parecer ya en el siglo XVII, los nazarenos solían llevar dulces o pasteles escondidos en sus buches o senás que comían o regalaban durante el recorrido. Como lo propio sucedía en todos los desfiles existentes en aquella época, el 4 de abril de 1.712 el obispo de la diócesis Cardenal Belluga dicta un edicto “prohibiendo que durante las procesiones los nazarenos se dieran dulces ni cosa alguna, haciéndolo extensivo a los que presenciaban el cortejo”, lo que ratificarían numerosos Prelados de otras Diócesis. Pero en Murcia surgió una nueva picaresca sustituyendo los dulces por los caramelos menos voluminosos y más fácil de camuflar. También hay quien fija el origen en la sisa gremial que realizaban los comerciantes, como una forma de devolver al pueblo lo restituido durante el año, lo que posiblemente tras una buena confesión le dejaba tranquila la conciencia a más de uno. Otro motivo era la de ayudar al pobre vergonzante. Lo cierto es, que personalmente dudo que alguno de estos tres motivos solape al otro, supongo que lo más lógico es pensar en que las tres posibilidades son ciertas, y desde luego el caramelo es algo consustancial a la Semana Santa de Murcia, sobre todo el más clásico de los caramelos murcianos:  la pastilla, en la que confiteros decimonónicos como Ruíz Funes, Ros o Alonso, elevaron a delicia para el paladar.

 FELICES FIESTAS

ANGEL.

No hay comentarios:

Publicar un comentario